Al-Anon y Alateen en acción2024-04-29T15:34:07-04:00
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Escribir como un acto de servicio

Una de las formas en que la enfermedad familiar del alcoholismo se presenta en mi vida es cuando me quedo atascada en los pensamientos compulsivos. Entonces me siento como si estuviera corriendo en la rueda de un hámster.

¿Cómo puedo ayudar a mis hijos?

Cuando entré por primera vez en una reunión de Al‑Anon, había un miembro en la puerta. Me sonrió y me ofreció un abrazo. ¡Me sentí tan bienvenida! Después de que abrieran la reunión leyendo Los Doce Pasos y

Bailando en la lluvia

Mi viaje hacia la vida espiritual que encontré en Al‑Anon comenzó cuando era una niña pequeña que crecía en una familia alcohólica. Pero no comencé este camino hacia la recuperación hasta la mitad de mi vida, cuando me

La felicidad está aquí y ahora

Vine a Al‑Anon hace años en busca de consejos sobre cómo arreglar a mi esposo alcohólico. Me llevé una gran sorpresa cuando me dijeron que solo podía arreglarme a mí. Estoy tan contenta de haberme quedado el tiempo

Una tradición acogedora

Es tan importante atraer a nuevas personas al programa y darles la bienvenida a los recién llegados a Al‑Anon. Todos hemos experimentado nuestra primera reunión de Al‑Anon: el nerviosismo, la frustración, la vergüenza y la molestia. Mi primer

«Sí» pertenezco a Al-Anon

Toda mi vida he luchado por sentir que pertenezco. Como era la única niña en casa, me sentía marcadamente diferente de mis tres hermanos. Debido a que era una «sentidora» en una familia de «pensadores», me sentía marginada.

Priorizando la serenidad

Cuando llegué al programa por primera vez, mis prioridades estaban orientadas por la enfermedad familiar del alcoholismo y la reciente muerte de mi padre. Después de perder a mi padre por el abuso del alcohol, mi prioridad inmediata

Lo intenté todo

Al reflexionar sobre mis primeros días de recuperación, me doy cuenta del agradecimiento que siento por Al‑Anon. Hice lo que muchos otros miembros hicieron con sus alcohólicos: vacié botellas de licor, grité, chillé, lloré y le rogué que

«¿Me amas hoy?»

Al criarme en un hogar con alcoholismo, viví diariamente en medio de la inestabilidad y la inseguridad. A diferencia de los niños que se criaron escuchando que alguien con los brazos abiertos les decía que los amaba «hasta

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