Nunca he sido bebedora, pero he tenido que afrontar el hecho de que era incapaz de impedir que mi hijo bebiera. ¿Cómo fue para mí admitir que era incapaz de afrontar sola el problema de alcoholismo? Fue desagradable y aterrador. La bebida había causado mucho daño, parte el cual continúa hoy en día. He tenido que aprender a vivir con la posibilidad de que mis peores temores se hicieran realidad. Me refiero a vivir de verdad con esa posibilidad, no solo pasar el tiempo acobardada por el miedo o tratando de protegerlo a él. Lo amo, pero no tengo que sacrificar el resto de mi vida.
Él es el único que puede decidir cambiar su forma de beber, e involucrarme en ello lo distraerá de afrontar la realidad. Yo creía que su alcoholismo era mi culpa y que el no haberlo criado bien contribuyó a su enfermedad. Sin embargo, yo no puedo controlar ni curar su enfermedad. Él toma la decisión de beber cada vez que compra y bebe alcohol. Cada vez que se enfrenta a las consecuencias de beber, depende de él decidir cómo cambiarán sus prioridades. Aceptar mi incapacidad fue difícil, pero esta es mi realidad como madre. El lenguaje del Primer Paso, «Admitimos que éramos incapaces de afrontar solos el alcohol, y que nuestra vida se había vuelto ingobernable», me anima y me ayuda a reconocer que no soy la única que se enfrenta a esta situación y no soy la única que busca una manera de vivir plenamente a pesar de ella.
Por Anónimo
The Forum, octubre de 2025
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