Tras mi solicitud, fui elegida segunda Delegada de la RSGAI para mi estructura de Al‑Anon en Alemania. Estaba muy emocionada de prepararme y planificar mi primera reunión en Roma en el 2016. El tiempo para terminar la preparación de nuestra sesión fue muy corto y tuvimos que dedicar algo de tiempo adicional para lograr hacerlo todo.

En Roma, todo parecía estar estructurado y bien organizado. Me emocioné mucho cuando pusimos nuestras banderitas en un mapa del mundo, y también me impresionó que hubiese miembros de todos los rincones del mundo. Veníamos de diferentes culturas, países y creencias, pero aun así, teníamos una cosa en común: habíamos sido afectados por la enfermedad familiar del alcoholismo.

Otra cosa que nos unió fue nuestro compromiso de prestar servicio y retribuir a Al‑Anon como un todo. Eso fue notorio, incluso tangible, en cada intercambio durante los descansos, antes y después de cada sesión, pero también durante cada sesión. Fue un regalo ser parte de la confraternidad mundial, no solo leer sobre ello, sino experimentarlo y sentirlo realmente.

Los temas que presentamos y discutimos fueron informativos. Me sorprendió ver cómo tenemos los mismos desafíos con la enfermedad, pero podemos compartir diferentes experiencias sobre ellos. Definitivamente llené mi recipiente para llevar de vuelta a mi estructura experiencia, fortaleza y esperanza, además de muchos conocimientos.

Por Edith H., Delegada de la RSGAI, Alemania

The Forum, octubre de 2020

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