En mi vida personal, el lema «Que empiece por mí» me recuerda que cuidar de mí no es ser egoísta, sino lo contrario. Antes de encontrar Al‑Anon, no pensaba en que tenía que cuidar de mí misma, pues pensaba que alguien más tenía que cuidar de mí. También pensaba que yo estaba a cargo del bienestar de otra persona, lo que con frecuencia me llevaba a desilusionarme y a tener resentimiento e ira. Intentaba ser perfecta y hacía lo que pensaba que se esperaba de mí. Ponía las necesidades de mi ser querido alcohólico por delante de las mías sin darme cuenta de que estaba perdiendo la vida.

A través de las reuniones y la literatura, aprendí que yo podía tal vez ser la persona que trajera cambios a través de mi recuperación. Todo comienza cuando me digo a mí misma que mi familia no puede estar bien si yo no estoy bien. Si estoy descansada, si estoy alegre, si no estoy melancólica, puedo crear un ambiente agradable en mi hogar y evitar tensiones. Esto no quiere decir que vuelva a sentirme responsable de todo, sino que, concentrarme en mi recuperación, en respetar mis necesidades y en poner límites saludables, puede ser beneficioso no solo para mí sino también para toda la familia.

«Que empiece por mí» es un lema que también me acompaña como miembro de Al‑Anon. Cuando no tengo ganas de ir a las reuniones o cuando me siento desanimad porque el grupo parece tener dificultades, recuerdo lo que la hermandad hizo por mí cuando necesité ayuda. Sé que algún día alguien necesitará encontrar la puerta abierta y me sentiré feliz por haber contribuido. Al asistir a las reuniones, recuperarme, estar presente y servir, puedo ayudar a que Al‑Anon siga estando allí, y todo empieza por mí y por cada uno de nosotros.

Por Claire L-M., Francia

The Forum, noviembre de 2023

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