El servicio de Al‑Anon en las prisiones ha sido un privilegio y el aspecto de servicio más gratificante que jamás haya experimentado. Suena como algo completamente alocado, ¿verdad? Pero en las reuniones en la prisión, tengo el privilegio de ver y conocer a las personas tal como son: rotas, heridas, con dolor y luchando con el arrepentimiento. Se me confía la historia de otra persona y tengo la oportunidad de ver un destello de su alma. La parte gratificante es atestiguar el poder transformador de Dios.

Los voluntarios de Al‑Anon en las prisiones pueden ayudar a crear una hora de sano juicio en un bastión de locura. En la reunión, todas las miembros de Al‑Anon son iguales. Durante nuestro tiempo juntas, todas estamos en terreno llano. Este es un tremendo regalo   dentro de este entorno. Como voluntaria, soy un recordatorio para los hijos de Dios devastados por el alcoholismo y la adicción de que hay esperanza y que no están solos.

Entonces, ¿qué hacen los voluntarios? Simplemente nos presentamos y llevamos a cabo una reunión. Para la mayoría de los programas del Departamento Correccional, un voluntario capacitado debe estar presente para que se pueda ofrecer un programa, se abra la puerta y se lleve a cabo la reunión.

Solo una nota sobre lo que no hacemos: como en cualquier reunión, no damos consejos ni intentamos arreglar a nadie. Los voluntarios comparten de manera general. Igual que en una reunión en el exterior, protegemos nuestro anonimato al no dar demasiados detalles sobre nuestra vida personal. La capacitación requerida por el Departamento Correccional establece límites adicionales y pautas de comportamiento que debemos seguir.

Al igual que otros miembros de Al‑Anon, mis amigas dentro de la prisión son dolorosamente conscientes de que sus «vidas se han vuelto ingobernables». Están dispuestas a creer que un Poder superior a ellas puede devolverles el sano juicio. Además, «Un día a la vez», están confiando su voluntad y sus vidas al cuidado del Dios de su entendimiento. En este punto de sus vidas, muchas de ellas entienden a Dios como amoroso y misericordioso. De hecho, Dios es su única esperanza.

Las reclusas que he tenido la suerte de conocer trabajan sus programas como si sus vidas dependieran de ello. Y sus vidas dependen de ello. En este ambiente, escuchando su experiencia, fortaleza y esperanza, ¡me he convencido más que nunca de que este programa funciona! Es posible que estas amigas no lo sepan, pero influyen en mí para que yo sea honesta conmigo misma como lo son ellas mismas. Me motivan a seguir trabajando los Pasos, las Tradiciones y los Conceptos de Servicio con mi Madrina. Me inspiran a vivir con agradecimiento y a mejorar mi contacto consciente con Dios. Me veo obligada a permanecer auténtica para poder ser un canal eficaz del amor incondicional de un Poder Superior que cambia la vida.

¿Cómo son las mujeres que asisten a las reuniones de Al‑Anon en las que doy servicio?

  • La mayoría son alcohólicas o adictas en recuperación.
  • La mayoría son hijas adultas de alcohólicos o adictos.
  • La mayoría no había oído hablar de Al‑Anon fuera de la prisión. Es posible que hayan sido referidas por un consejero o por el miembro voluntario de AA. Es posible que hayan visto a Al‑Anon en la lista de programas disponibles que recibieron en la orientación, o tal vez vieron la literatura de Al‑Anon en su unidad de vivienda o se enteraron por otra reclusa.
  • La mayoría son mujeres de fe.
  • Todas están buscando una manera diferente de lidiar con los efectos del alcoholismo o la adicción de otros en sus vidas, para que la enfermedad no les haga tropezar nuevamente y terminen nuevamente en prisión. Están desesperadas por una mejor forma de vida.

Nuestro grupo se reúne un domingo al mes. Como en toda reunión, abrimos con un momento de silencio seguido por la Oración de la Serenidad. Leemos la Bienvenida sugerida de Al‑Anon, los Doce Pasos y las Doce Tradiciones. Cada reunión tiene un enfoque, ya sea un tema relacionado con Al‑Anon, un Paso o una Tradición. Leemos de la Literatura Aprobada por la Conferencia. Compartimos nuestra experiencia, fortaleza y esperanza de manera respetuosa. Parte de lo que se comparte me rompe el corazón, pero con la misma frecuencia quiero alegrarme cuando escucho cómo las miembros están aplicando los principios de Al‑Anon a sus vidas tan desafiantes y compartiendo el mensaje con aquellas que parecen receptivas. Nos reímos mucho. A veces simplemente debemos reírnos.

Si te interesa participar del servicio de Al‑Anon en las prisiones, considera hacer una cita para visitar una cárcel o prisión con un voluntario existente para ver si este tipo de servicio es adecuado para ti. Consulta con instalaciones locales o estatales, ya que es probable que haya papeleo y posiblemente capacitación que debas completar. Aquí hay algunas formas adicionales y relacionadas de servir:

  • Trabaje con el Coordinador de Difusión Pública en su Área para difundir el mensaje en las instituciones correccionales locales.
  • Conviértase en Padrino al ser agregado a la lista de visitantes de un recluso. Esto lo facilitaría el personal penitenciario.
  • Puede dar servicio como Padrino temporal de un recluso al momento de su liberación de la prisión. Un Padrino temporal llevaría al miembro a algunas reuniones y actuaría como un recurso temporal.
  • Compre Literatura Aprobada por la Conferencia y a dónela instituciones correccionales.
  • Ore por los miembros de Al‑Anon que están en la cárcel.

Para mí, el servicio es gratitud en acción. Cuando actúo, tengo el privilegio de participar en la obra transformadora que Dios está haciendo en la vida de los demás, tal como lo ha hecho en la mía. Te invito a preguntarle a tu Poder Superior dónde podrías servir. ¡Puedes esperar que las recompensas superen con creces el esfuerzo!

Por Lori C., Misuri

The Forum, septiembre de 2022

Puede reimprimir este artículo en el sitio web de su rama de servicio o en su boletín, junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al-Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia.