Según la investigación de los medios sociales, casi 3.5 billones de personas actuales utilizan los medios sociales y pasan un promedio de casi 2,5 horas todos los días en las redes sociales. Con estadísticas como esas, no es de extrañar que los medios sociales puedan ser un gran lugar para llevar el mensaje de ayuda y esperanza de Al‑Anon.

Pero antes de que nosotros, como individuos, comencemos a tuitear y publicar, tenemos que considerar el impacto que puede tener en nuestro anonimato personal así como en Al‑Anon en su totalidad. Como era de esperar, tenemos miembros en ambos lados de este péndulo. Algunos son muy cautelosos mientras que otros son más tolerantes cuando se trata de los medios sociales.

En la página 120 del Manual de Servicio de Al‑Anon y Alateen (SP‑24/27) v2, el «Compendio de Políticas de Al‑Anon y Alateen» bajo la sección «La filosofía y los principios espirtuales de la difusión pública de Al‑Anon» dice: «El anonimato personal se mantiene al nivel de la prensa, la radio, el cine, la televisión y la Internet». Entonces, «¿cómo se puede llevar el mensaje en los medios sociales y mantener el anonimato personal?» Por pulsar el botón «me gusta» o por compartir el contenido de la OSM de Al‑Anon a su red, pero no por hacer comentarios acerca de ser miembro de Al‑Anon. El hecho de pulsar «me gusta» o compartir no rompe su anonimato; las plataformas de los medios sociales son públicos, por lo que cualquier persona, independientemente de su relación con Al‑Anon es libre gustar/compartir nuestro contenido. Contamos con varios profesionales en el ámbito de la salud mental e instituciones profesionales que interactúan con nuestro contenido de forma regular.

No comentar sobre ser miembro de Al‑Anon es clave. Si declaramos públicamente en los medios sociales que somos miembros, corremos el riesgo de convertirnos en la «cara» de Al‑Anon y cualquiera declaración que hayamos hecho o fotos que hayamos compartido en los medios sociales, en cualquier momento del pasado, potencialmente podría atraer Al‑Anon a la controversia. Debemos recordarnos a nosotros mismos que mantener el anonimato es la manera en que salvaguardamos nuestro programa.

Por lo tanto, si bien es seguro pulsar los botones de «me gusta» y «compartir», queremos evitar comentarios que indiquen que somos miembros agradecidos de Al‑Anon —déjenlo para los salones.