El siguiente intercambio fue aportado por una miembro de Sudáfrica quien sirvió por primera vez como Delegada a la Reunión de Servicios Generales de Al‑Anon Internacional (RSGAI). Esta es una reunión bienal de representantes de estructuras de servicios nacionales de todo el mundo. Originalmente, se esperaba que el evento tuviera lugar el año pasado en Londres, pero se realizó en línea por primera vez. Sin embargo, debido a las doce zonas horarias diferentes de los participantes, no fue posible incluir videoconferencias. Todas las discusiones se llevaron a cabo por escrito utilizando la plataforma AFG Connects proporcionada por la Oficina de Servicio Mundial. Al finalizar el evento, se invitó a los participantes a ofrecer sus reflexiones sobre la experiencia.
Saludos, compañeros de viaje:
¿Por qué me dirijo a ustedes como viajeros cuando la mayoría probablemente no ha salido de casa? Si me encontrara con ustedes personalmente, en algún momento de la conversación, les habría dicho que mi vida no es más que un viaje. En el camino, conozco gente nueva y viajamos juntos por un tiempo, a veces por una razón, una temporada o toda la vida.
Este es y ha sido un viaje extraordinario, reunirnos desde todas partes del mundo y posiblemente sin siquiera haber salido de casa, como fue mi caso. Me he sentado en la oficina de mi casa frente a mi pantalla compartiendo mi experiencia, fortaleza y esperanza, mientras siento la presencia de mi Poder Superior a través de esta conciencia de grupo.
La comunicación escrita es la plataforma que menos me gusta para tener discusiones, y ni hablar de reuniones. He comprendido por qué nunca tuve un amigo por correspondencia, lo cual era una fiebre mientras yo me criaba. Necesito conectarme, ver sus rostro, escuchar sus voces y abrazarlos con un abrazo cálido y sincero. Me han malcriado durante esta dura cuarentena al darme acceso a una variedad de videoconferencias. Vivo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y trabajo por medios electrónicos en varias plataformas virtuales con mis colegas en Europa.
Debido a que era mi primera vez como Delegada, estaba emocionada por haber sido nominada y elegida para representar a mi país y su estructura de Al‑Anon. Se me iba a dar la oportunidad de servir en una Reunión de Servicios Generales de Al‑Anon Internacional (RSGAI), ¡algo que jamás había pensado! Escuché que esta era una experiencia especial y estaba muy emocionada. Luego nuestra Junta de Servicios Generales, por recomendación del Comité de Servicios Generales, tomó la decisión de que nuestros Delegados no asistirían a RSGAI debido a la pandemia y las restricciones de viaje. Fue difícil procesar y aceptar esta decisión.
Cuando el Comité de Planeamiento de la RSGAI comunicó la decisión de organizar la reunión virtualmente, una vez más me emocioné, olvidándome de que asistir a RSGAI a través del portal de comunicación AFG Connects requeriría horas de lectura y mecanografía. Cuando lo dejo a mis propios medios, mi perfeccionismo asoma su cabeza y hace muy bien el trabajo de disminuir el placer de participar en cualquier tarea.
Lo primero que me salvó fue confiar en que podría expresar mis sentimientos a mi Madrina de Servicio Internacional, lo cual hice sin restricciones. Estoy agradecida de no haber sido juzgada como una persona malcriada, quejosa o ingrata, ya que yo misma me había ocupado de hacer eso. Soy muy consciente de mí misma y, por supuesto, puedo juzgarme con dureza, especialmente cuando tengo hambre, estoy enojada, sola o cansada. Lo segundo que me salvó fue mi comunidad.. El amor y el apoyo se expresaron en comidas caseras, té, café, distracciones como salir y disfrutar del sol, e incluso los recordatorios a veces no tan sutiles de que necesitaba dormir. («Incluso en Londres, necesitarías dormir, cariño»).
Mi esposo me recuerda que a mí me gusta pintar un cuadro cuando comparto una experiencia. Esto me permite estar presente en el momento. Mi experiencia con la RSGAI ha sido como escalar una montaña. Anteriormente, había escalado varias montañas por una variedad de razones, entre ellas, que había sido invitada, que quería la experiencia, que quería ver y sentir la vista desde la cima y que quería tener la misma experiencia compartida que otros habían relatado. El tipo de experiencia de montañismo que tenía era igual a la actitud que llevaba conmigo. Algunas de las experiencias reforzaron los sentimientos de gratitud, aprecio por la naturaleza, el disfrutar de momentos compartidos, de la alegría, la paz y la serenidad. Otras experiencias fueron todo lo contrario: hubo sentimientos de disgusto, expectativas incumplidas, ingratitud y disgustos verbalizados hacia todos. Muchas cosas anduvieron mal hasta que cambié mi actitud y me concentré en el presente, recordando que ese momento nunca se repetiría.
Al subir esta montaña de la RSGAI tuve, en gran parte, la misma experiencia, con altibajos compartidos con los más cercanos a mí. Mi compañero Delegado de mi estructura de servicio ha sido maestro, amigo y compañero. Me volví dependiente de nuestras llamadas web diarias para discutir, deliberar y redactar respuestas conjuntas. Hablando mutuamente y razonando las cosas; aprendimos mucho el uno del otro, de nuestra estructura y la estructura internacional.
Sin mi Poder Superior, nada de esto hubiera sido posible. Por esto estoy en deuda y continuaré aprendiendo, compartiendo y transmitiendo el mensaje de amor, esperanza y alegría. Hasta que nos volvamos a encontrar, porque sé que esto es solo el comienzo. Abrazos cálidos y mucho amor.
Por Madelein O., Ciudad del Cabo, Sudáfrica
The Forum, abril de 2021
Puede reimprimir este artículo en el sitio web de su rama de servicio o en su revista junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al-Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia.
Hola, feliz viaje, saludos!