Después de hacer mi primer inventario del Cuarto Paso, noté un patrón entre mis múltiples defectos de carácter: la autoconservación. Estos defectos de carácter me sirvieron bien cuando era un adolescente que vivía en medio de la enfermedad familiar del alcoholismo. Mi táctica de supervivencia favorita era «si no me ven, no piensan en mí». Simplemente trataba de evitar la situación al esconderme en mi habitación o buscaba estar en otro lugar. Las actividades extracurriculares eran mi mejor excusa para no estar en casa.

Una de mis actividades extracurriculares favoritas era estar en el equipo de Oratoria y Debate, lo que me mantenía en la escuela varias horas por la noche y reducía mis posibilidades de terminar siendo el blanco de arrebatos de ebriedad llenos de ira y abuso verbal en casa. Disfrutaba mucho el estar cara a cara con los demás y debatir sobre cualquier número de temas. Era bueno argumentando el punto de vista que debía desarrollar, ya fuera que lo creyera o no. Pero estos argumentos no eran personales: la oposición no me estaba atacando y yo no los estaba atacando a ellos. Eran «luchas honestas» que me daban mucha alegría. Por el contrario, las discusiones en casa siempre involucraban ataques personales para los cuales no tenía recursos, y yo nunca ganaba.

Muchos años después, todavía amo un buen debate y disfruto hablar en público. Todavía siento mariposas en el estómago, pero también siento la misma euforia que sentía en esas aulas al argumentar mi punto de vista. Pero cuando se trata de hablar como miembro de Al‑Anon, es importante que me adhiera a nuestros principios espirituales.

Como miembro de Al‑Anon, es posible que me inviten a hablar en cualquier lugar: en una reunión de Al‑Anon, un congreso o algún tipo de celebración. También se les puede pedir a los miembros que hablen en conferencias profesionales o que los entrevisten por radio o televisión. La Undécima Tradición nos recuerda que «Necesitamos mantener siempre el anonimato personal en la prensa, radio, el cine y la televisión».

Los medios de comunicación son una vía eficaz para llevar el mensaje de Al‑Anon a la comunidad en general, pero presentan desafíos. Los entrevistadores suelen incluir los nombres completos de sus invitados en sus presentaciones. Esto brinda la oportunidad de explicar nuestro principio de anonimato. Puede pedirle al entrevistador que utilice solamente su nombre, o su nombre y la inicial de su apellido, o un seudónimo. Para los medios visuales, también se debe considerar la protección de su rostro y su voz. Mantener el anonimato es especialmente importante si usted comparte su historia, porque el público sabrá que usted es miembro de Al‑Anon.

Pero incluso si no está compartiendo su historia de recuperación personal, es importante tener en cuenta cómo mantiene el anonimato mientras transmite el mensaje. Esto se aplica especialmente a la internet y los medios sociales. Puede compartir en su cuenta personal una publicación que haya realizado la Oficina de Servicio Mundial a través de los medios sociales. Es probable que su cuenta personal tenga su nombre completo y foto de perfil, pero puede abstenerse de revelar su membresía en Al‑Anon o de compartir su experiencia personal.

Una de las cosas más difíciles de recordar para mí es referirme a Al‑Anon como «ellos» en lugar de «nosotros», ya que este es un programa de «nosotros». Pero mientras practico el Duodécimo Paso, que es llevar el mensaje, también debo practicar la Undécima Tradición, que es mantener el anonimato personal en los medios. Entonces, en lugar de decir que Al‑Anon me salvó la vida, yo digo que Al‑Anon salva vidas.

Por Scot P., Director de Comunicaciones y Conciencia Comunitaria

The Forum, noviembre de 2023

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