Mi hermana Kris es 18 meses mayor que yo y fue verdaderamente mi mejor amiga durante toda la infancia. Nos criamos en el campo, donde construíamos fortines, jugábamos a patear latas, paseábamos en trineo hasta que nuestras mejillas se sonrojaban, construíamos nuestro vecindario de Barbie en la mesa de ping-pong, atrapábamos renacuajos y luciérnagas, y jugábamos durante horas y horas en el gran columpio. ¡Cómo nos encantaba el gran columpio! Una vez se celebró un desfile en el vecindario, y Kris insistió en que yo fuera la reina que paseara en la silla del vagón rojo. ¡Me sentí tan especial! Para mi fiesta de tercer año de escuela secundaria, Kris me maquilló y me peinó cuidadosamente. Qué lindos recuerdos. Después de graduarse de la escuela secundaria, Kris se mudó de casa. Mi corazón se hundió cuando su automóvil cargado arrancó y salió por el camino que da acceso al garaje.

Durante la última década más o menos, el consumo de alcohol de Kris se ha intensificado. En 2015, obtuvo su primera infracción por beber y conducir. Su esposo llamó y dijo que estaba en la cárcel. Sorprendida y llorosa, me reuní con el esposo de Kris y mi hermana menor en su casa para tratar de descifrar los próximos pasos. Kris fue a su primer proceso de rehabilitación y me contó con orgullo que estaba aceptando sus medallas de recuperación en las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Lamentablemente, su sobriedad duró poco. Ha estado en cinco centros de rehabilitación desde entonces, ha destrozado algunos vehículos, ha eludido el tiempo en la cárcel y tiene relaciones problemáticas con sus hijos. Mientras esto ocurría, yo oraba por Kris. Lloraba mucho y no sabía qué hacer. Al principio fui a algunas reuniones de Al‑Anon, pero supongo que no estaba lista aún.

Finalmente, en abril de 2020, me comuniqué con mi iglesia para pedir orientación y oraciones por mi hermana. La mujer con la que hablé me sugirió que intentara el programa de Al‑Anon y me envió por correo electrónico una lista de reuniones. Esta vez, Al‑Anon cambió mi vida. Cuando escuché: «Yo no lo causé, no puedo controlarlo y no puedo curarlo», ¡pensé que la Campana de la Libertad me había golpeado en la cabeza! El consuelo que siento ahora, el conocimiento que he adquirido y el amor que he experimentado son inconcebibles. Al‑Anon se ha convertido en mi lugar de consuelo.

Comparto en la mayoría de las reuniones y escucho atentamente las historias y lecciones que otros comparten de sus propias experiencias. Tengo una Madrina y recientemente terminé el Quinto Paso. Ayer, dejé de ir a un evento en el que establecería contactos para mi nuevo negocio, para asistir a mi reunión semanal, porque necesitaba estar conectada a tierra y trabajar en mi programa. ¿Quién hubiera dicho que trabajar los Pasos sería tan gratificante?

Hoy estoy en paz y cuido de mí misma. Trabajo el programa dedicándole tiempo a las lecturas diarias, hablando con otros, escuchando varios pódcast de recuperación y asistiendo a reuniones. Incluso, en mi primer aniversario de Al‑Anon, coordiné por primera vez una reunión. El programa funciona cuando yo lo trabajo.

Amo a mi hermana incondicionalmente. Hoy en día, oro para que ella tenga un día sobrio. Aunque nuestra relación ha cambiado, mi hermana siempre será mi mejor amiga.

Por Tracy

The Forum, enero de 2022

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