Recuerdo el primer día de visita cuando mi hijo estaba en un centro de tratamiento. Él me sugirió que después de la visita asistiera a una reunión de Al-Anon. Esa fue realmente una invitación de mi Poder Superior a que diera ese gigantesco paso hacia adelante.
Recuerdo que escuché, lloré y abracé a los demás. Me atrajo algo que se dijo en esa reunión, algo que sentí, y volví a ir la próxima semana. Aquí estoy cinco años más tarde, y todavía sigo regresando por más. Nunca me imaginé que encontraría un lugar donde me sentiría tan bienvenida, tan querida, tan amada. La gente me animó a «seguir viniendo». Encontré un lugar donde aprendí todo sobre mí ―mis puntos fuertes, mis puntos débiles, mi valor, mi sentido del humor―.
Este programa es para mí. Aprendí a cuidar de mí y, al hacerlo, soy una mejor persona. La paz, la serenidad, la felicidad y el amor son palabras que utilizo hoy porque esas son palabras que encierran lo que soy.
Julie B. – Florida
The Forum, octubre de 2017