Mi padre había fallecido, sin embargo, yo todavía tenía problemas…

Crecer en un hogar afectado por el alcoholismo de uno de los padres puede tener efectos profundos en los hijos. Desafortunadamente, los efectos a menudo los siguen hasta la edad adulta, incluso si el alcohólico ya no esté presente. Marie, miembro anónimo de Al‑­Anon, comparte su experiencia con Alateen cuando era adolescente y lo que la llevó a Al‑Anon años más tarde.

Vea su entrevista para aprender más.

Si su vida se ha visto afectada por la enfermedad familiar del alcoholismo, considere asistir a algunas reuniones de Al‑Anon o Alateen (para adolescentes).

Descargo de responsabilidad:

Esta entrevista fue grabada en el Congreso Internacional de Al‑Anon 2018 en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Se les pidió a los miembros que compartieran sobre varios aspectos del programa de Al‑Anon y su experiencia personal.

El anonimato de los miembros está protegido para que puedan compartir abierta y honestamente sobre su experiencia con la bebida de un ser querido y con el programa de Al‑Anon.

Las opiniones expresadas en este video son estrictamente las de la persona que las dio.

Transcripción del vídeo

Mi padre había fallecido, sin embargo, yo todavía tenía problemas…

Entrevistadora: Hola, Marie. Gracias por su participación. Usted creció en un hogar alcohólico. ¿Puede contarnos un poco sobre eso?

Marie: Mi papá comenzó a beber cuando yo era joven. A la edad de doce años, fui a Alateen porque mi mamá estaba en Al‑Anon, y me quedé en Alateen hasta la edad de dieciséis años.

Allí, aprendí que el alcoholismo era una enfermedad y que no era mi culpa. Luego, mis padres se separaron y pensé que el problema desaparecería porque mi papá ya no estaba en casa. Pero, en realidad, doce años después, tuve problemas. Fui a una terapeuta, y ella me dijo que tenía que asistir a una reunión de Al‑Anon si quería que trabajara conmigo.

Era una condición que puso para trabajar conmigo.

Así que fui a una reunión de Al‑Anon, y conocí a personas que eran más o menos como yo. Y eso fue una sorpresa, porque pensé para mí misma, mi papá está muerto, ya no está conmigo, sin embargo, todavía estaba lidiando con los mismos problemas que se discutían en esa reunión.

Entrevistadora: ¿Creía usted que era la única persona que experimentaba estos problemas?

Marie: Sí, creía que era la única, pero, en realidad, conocí a muchas personas que tenían los mismos problemas que yo.

Entrevistadora: Gracias, Marie.