A veces me cuesta un poco encontrar palabras para expresar lo que me sucede en un momento determinado. Ya sea que esté sentada en una reunión o completando mi oración y meditación del Undécimo Paso en la mañana, me encuentro sintiendo un poco de vacío. Para mí, este vacío es una sensación extremadamente incómoda. Antes de la recuperación, mi solución a este malestar era ocuparme, no de la manera positiva y equilibrada que alienta nuestro programa, sino con el «hacer humano». El trabajo siempre me llamaba, y cuando eso fallaba, podía centrar mi atención en cuidar de los demás, ¡incluso cuando no me lo pedían!

La temporada de vacaciones a veces me deja una sensación similar: algo vacía y sola. El tiempo en familia y las tradiciones pueden ser maravillosos, pero para quienes vivimos o visitamos a familiares o amigos que luchan contra el alcoholismo activo, la experiencia puede ser desafiante y aislante. Ante tal vacío, mi antigua conducta de escapar al ocuparme con cualquier cosa parece muy atractiva; ciertamente, ¡hay un correo electrónico de trabajo que necesito responder ahora mismo!

En esta época del año, agradezco especialmente el recordatorio de que mi programa de Al-Anon me ofrece soluciones sencillas para superar mis sentimientos, muchas de las cuales puedo aplicar sin que los demás se den cuenta. Puedo pedir la ayuda de mi Poder Superior. Puedo sentarme con el malestar, recordando que «esto también pasará». Puedo leer la Literatura Aprobada por la Conferencia – ya sea electrónica o impresa – abriéndome a la página que mi Poder Superior seleccione para mi ayuda.

En Al-Anon, también he aprendido que tengo la opción de quitarme de las situaciones que me hacen sentir incómoda. Puedo encontrar un espacio privado para llamar a una amiga del programa o a mi Madrina y compartir lo que está sucediendo. Puedo asistir a una reunión presencial, en la Aplicación Móvil Grupos de Familia Al-Anon o en línea, y la experiencia me recuerda que el tema será justo lo que necesito escuchar.

Lo que mejor me funciona para llenar mi vacío es estar al servicio de los demás. Puedo dedicarme plenamente a escuchar a un familiar o amigo sin ofrecerle consejos ni intentar solucionar su problema. Puedo enviar un mensaje de texto con un emoji de corazón a alguien a quien apadrino, haciéndole saber que estoy pensando en ella en las fiestas e invitándole a unirse a mí en una reunión o en una llamada. Puedo ir a una reunión y dar un abrazo a otro miembro u ofrecerme a servir de una manera pequeña, como leer la lectura diaria en mi grupo base electrónico.

Así que solo para las fiestas, recordaré estos instrumentos y las opciones que Al-Anon me ha ayudado a descubrir. Me daré permiso para pedir ayuda y estar al servicio de los demás, cualquiera que sea el instrumento que me atraiga en las circunstancias para liberar el vacío que a veces crea la enfermedad familiar del alcoholismo. Y oraré para que la comprensión, el amor y la paz del programa crezcan en todos nosotros a lo largo de la temporada «Un día a la vez».

Por Vali F., Directora ejecutiva

diciembre de 2021