Mi esposo y yo asistimos recientemente a la boda de nuestra hija. Las personas que componían el cortejo nupcial comenzaron a beber desde por la mañana y continuaron durante todo el día y toda la noche. Fue una boda hermosa, en la cual no se escatimó en gastos. Pero al final de la noche, nuestra hija estaba completamente borracha. El alcoholismo prevalece en ambos lados de nuestra familia, por lo que no es de sorprender que esté asomando su fea cabeza en la generación de nuestros hijos. Sin embargo, esta fue la primera vez que el alcoholismo fue el centro de atención. Esta fue la primera vez que mi esposo y yo vimos visto a nuestra hija tan borracha.
Gracias a Dios he estado asistiendo a las reuniones de Al‑Anon en persona y por teléfono, porque toda mi vida ha sido afectada por la enfermedad del alcoholismo, y ver gente borracha en este tipo de eventos me duele y me asusta profundamente. Esta gran noche no fue la excepción. Estuve muy feliz en la ceremonia y la recepción posterior, donde mi esposo rindió un hermoso homenaje a nuestra hija y a otros miembros de la familia. Pero mi euforia se desvaneció por la embriaguez. Esa noche lloré hasta quedarme dormida. Tenía un sentimiento de pérdida.
Quiero ser una persona estable sin importar lo que suceda a mi alrededor. No quiero ser arrastrada por los vientos de lo que otros hacen o dejan de hacer. En Al‑Anon, he aprendido que soy incapaz de enfrentar sola el alcoholismo de otras personas. Yo no causé y no puedo controlar ni curar la enfermedad del alcoholismo. Al‑Anon es un programa espiritual que me permitió reconocer que estaba bien sentir los sentimientos que tenía de disgusto, miedo, ira, vergüenza y decepción.
En los días posteriores al doloroso incidente, dupliqué mi asistencia a las reuniones, leí Literatura Aprobada por la Conferencia, oré para tener paz y llamé a mi Madrina. También llamé a una compañera del programa de Al‑Anon, escribí en mi diario, tomé una siesta, me alimenté bien e imaginé las grandes manos de Dios sosteniéndome a mí y a mi dolor. Todo eso me ayudó. Esta experiencia también me dio una gran claridad sobre cómo mantenerme centrada en mí misma, cómo asistir a 90 reuniones en 90 días y permanecer en contacto cercano con mi maravillosa y cariñosa Madrina de Al‑Anon, quien me acepta tal como soy. No puedo imaginar cómo sería pasar por esto sin el programa Al‑Anon.
Por Anónimo
The Forum, julio de 2023
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