Antes de llegar a Al-Anon, mi atención estaba centrada en todos los demás, menos en mí misma. Me centraba principalmente en mi esposo, que acababa de ingresar a un programa ambulatorio de rehabilitación. Mi único objetivo era apoyarlo y asegurarme de que nunca volviera a beber alcohol. Él acababa de salir del hospital tras haber pasado un mes en la unidad de cuidados intensivos, pues había enfermado gravemente por beber alcohol y casi no había sobrevivido. Por lo tanto, me centraba en lo que podía hacer para asegurarme de que se mantuviera sobrio.
En una de las sesiones familiares a las que asistí, expresé mi temor de que mi esposo volviera a beber alcohol. El consejero me miró y me dijo: «Tienes que ir a Al-Anon». Pensé que eso era estupendo, porque tendría un lugar al que acudir donde alguien me diría cómo evitar que mi esposo bebiera alcohol.
Fui a una reunión de Al-Anon y, cuando llegué, vi que todos sonreían, reían a carcajadas y parecían muy felices. Estaba asustada, pero también emocionada, porque iba a aprender el secreto para mantener sobrio a mi esposo. Cuando fue mi turno de compartir, conté mi historia y pregunté qué tenía que hacer para evitar que él bebiera. En ese momento, todo el mundo en la sala comenzó a reírse. Me horroricé. Pero todos sonrieron y dijeron que estaba en el lugar correcto y mencionaron el lema «Sigue viniendo».
No estaba feliz, pues no conseguí la respuesta que quería, pero seguí asistiendo. Cuanto más asistía a las reuniones de Al-Anon, menos me centraba en la recuperación de mi marido y más en la mía. Aprendí la importancia del cuidado propio y comencé a prestarme atención a mí misma. Nunca lo había hecho. Tampoco había imaginado que era algo que debía estar haciendo. Empecé a comer más sano y a cuidarme mejor. Al hacerlo, descubrí que ya no trataba tanto de controlar el comportamiento de mi marido, sino que estaba prestando más atención a mi propio comportamiento.
Llevo seis años en el programa y Al-Anon me ha ayudado a empezar a descubrir quién soy y a darme cuenta de que está bien centrarme en mí misma. Mis sentimientos importan. Hoy soy una persona más feliz gracias al programa Al-Anon.
Por Debie R.
The Forum, septiembre de 2024
Puede reimprimir este artículo en el sitio web de su rama de servicio o en su boletín, junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al-Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia, EE. UU.