Cómo ayuda Al‑Anon a los familiares y amigos de los alcohólicos

Las muchas facetas de Al‑Anon

Recuerdo haber sido ambiciosa, despertar emocionada ante un nuevo día, contar con una gran energía. No sé qué pasó con todo eso. Ahora sólo puedo levantarme de la cama. Apenas me las arreglo para lavarme o para lavar y alimentar a los niños, cosa que hago por un sentimiento de culpa o de vergüenza. No me di cuenta de que iba a ser así. Lentamente perdí contacto con esa parte de mí misma que podía ocuparse, y no tengo idea de cómo volver a encontrarla…

Todos pensaban que éramos la familia perfecta. Estábamos siempre impecables y nos comportábamos maravillosamente en público. Mis amigos solían decir que les habría gustado estar en mi lugar. Tenía mucho que agradecer; pero había algo en mi vida que no funcionaba bien, aunque no podía precisarlo. Simplemente sabía que no era feliz…

Me destrozó el corazón el ver que mi hijo cumplía sus veintiún años en la cárcel, pero yo no podía evitarlo. Es un buen chico, pero ha tenido muy mala suerte. Se mete en líos continuamente y, en general, no es sólo culpa suya. Lo dejo vivir en casa y trato de darle todo lo que necesita, pero los problemas parecen perseguirlo. Haría cualquier cosa por ese chico: quedarme en casa con él, conseguirle un apartamento propio, buscarle un trabajo, cuidarlo… cualquier cosa que pudiera ayudarlo. Estoy enferma de preocupación…

Mi mamá bebe mucho. Cuando se emborracha, me insulta y a veces le pega a mi hermana, y le deja un ojo amoratado; pero es excepcional cuando no bebe, y yo la quiero mucho. Si tuviera mejores notas en la escuela y mantuviera limpia mi habitación, ella no estaría tan triste y no tendría que beber. Traté de permanecer fuera de casa con más frecuencia para que ella no me viera y se decepcionara, pero eso la hizo beber aún más. Una vez vino a un partido de baloncesto en la escuela, y me arrastró a casa del cuello frente a todo el mundo porque creyó que me estaba burlando de ella. Me dijo que yo me comportaba mal cuando salía con muchachos, por eso no me permitiría salir más. Yo no quería volver a la escuela, pero me dijo que me mataría si no lo hacía. Así que volví. Todos me toman el pelo o me tienen lástima. Por eso regreso a casa inmediatamente después de la escuela. No me importa hacerlo si así ayudo a mi mamá a dejar la bebida, aunque a veces me dan ganas de meterme en un armario y no salir nunca más…

Me parece que debe existir un secreto para ser feliz, algo que el resto de la gente sabe y que yo también debería saber; si pudiera descubrirlo, mi vida sería fantástica; pero por más que trate, no encuentro la respuesta. Lo he intentado todo: grupos en la iglesia, grupos sociales, terapia, información biológica, médiums; y creo haber leído todos los libros sobre ayuda a uno mismo que se han escrito… He buscado respuestas en todos ellos. De vez en cuando encuentro un pequeño consuelo, pero no dura mucho, ni modifica verdaderamente mi vida. Siento que me falta algo, que algo en mí no funciona…

Estoy cansadísimo de que todo el mundo esté siempre irritado. Mis padres discutieron durante toda mi infancia, ahora es mi esposa la que me complica la vida, y mis hijos no valoran nada de lo que hago. Si hubiera gente diferente en mi vida, quizás no me sentiría tan desafortunado; pero no puedo escaparme. Tuve una relación sentimental durante un tiempo y creí que por fin había encontrado a alguien que me trataría bien, pero en cuanto la conocí mejor, me di cuenta de que se comportaba con la misma amargura e ira que el resto…