Cuando entré por la puerta de Al‑Anon, no estaba segura de por qué estaba allí. Los miembros me saludaron con holas y abrazos amigables, si era que quería un abrazo. Yo no entendía los problemas que teníamos en casa, pero aprendí acerca del alcoholismo en mis reuniones subsiguientes y leyendo por mi cuenta.
Yo culpaba al alcohólico en mi vida por lo ingobernable que era nuestro hogar, pero en Al‑Anon aprendí que «la situación de la familia mejorará seguramente al aplicar las ideas de Al‑Anon y Alateen», ¡y así ha sido!
Me sentía avergonzada por mi vida doméstica, así que me alejé de familiares y amigos. En las reuniones, conocí miembros que entendían por lo que yo estaba pasando, y comencé a sentirme más cómoda a medida que seguí asistiendo a más reuniones.
Me alegra mucho que nuestro doctor sugiriera Al‑Anon. ¡Llegar a mi primera reunión fue una de las mejores decisiones que tomé para mí misma! Estoy agradecida porque Al‑Anon me ha ayudado a mí con mi serenidad, y de tantas maneras. ¡Seguiré viniendo!
Por Liz, Ontario
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2019