El alcohólico no es el único que necesita ayuda para encarar sus desafíos, luchas y enfermedad. La familia también merece la misma oportunidad. Cuando la familia y el alcohólico reciben ayuda a través del aprendizaje, el amor y el apoyo, esto permite que todo el mundo se encamine hacia la solución en vez de continuar viviendo en el problema, el cual es cíclico por naturaleza.

Al principio, los familiares hablan con nosotros sobre cuán frustrados y desesperanzados se sienten, y expresan inseguridad acerca de lo próximo que deben hacer. Las familias que comienzan a asistir a Al‑Anon nos dicen que este programa les enseña a ellos a desengancharse de la enfermedad. Al‑Anon les pone el desafío de ver qué papel que han estado jugando en la vida del alcohólico. Este nuevo entendimiento cambia la dinámica de la relación que los familiares tienen entre ellos mismos y con su ser querido.

Una pariente nos dijo que, debido a que estaba asistiendo a Al‑Anon, estaba aprendiendo a decir «no» de una manera que era íntegra para ella y su ser querido. La alegría que vimos en su rostro cuando ella explicó cómo practicaba establecer límites saludables en su vida fue algo transformador. Ésta fue la misma pariente quien nos dijo un mes antes que estaba lista para darse por vencida.

Al‑Anon les muestra a las personas que la enfermedad del alcoholismo no es su culpa. Las reuniones de Al‑Anon proveen un ambiente en el que las personas se sienten escuchadas y apoyadas a la vez que aceptan cómo la enfermedad les ha afectado y continúa afectándoles.

Hemos escuchado a muchos familiares hablar sobre una nueva libertad, la cual incluye dejar ir la responsabilidad acerca de los resultados de la enfermedad y la necesidad de controlarla. Estos familiares experimentan el perdón hacia sí mismos y hacia sus seres amados.

Nosotros recomendamos Al‑Anon enérgicamente porque todo el mundo merece encontrar paz interior. Todos merecen hacer las paces con una enfermedad insidiosa que les hace pensar que todo es su culpa y los deja dando vueltas alrededor de la misma pregunta: «¿Qué pude haber hecho diferente?».

Hoy en día sabemos que no es su culpa. Sabemos que hay una solución y que puede ser encontrada en el apoyo de otros que tuvieron antes la misma forma ilusoria de pensar. Este apoyo está disponible a través de Al‑Anon y de todas las personas maravillosas que han encontrado su propia libertad.

Por Jennifer Kent-Charpentier
Administradora de Programa
Fresh Start Recovery Centre
Calgary, Alberta
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2019