De la supervivencia a la recuperación (SB‑21)

Prefacio

Muchos de los que asistimos a Al‑Anon nos criamos en hogares afectados por el alcoholismo. Sin embargo, no siempre reconocemos la influencia de esta enfermedad y cómo contribuyó a convertirnos en las personas que somos hoy. Como ni sospechábamos que nuestras experiencias infantiles afectarían nuestra vida adulta, ¿por qué habría de sorprendernos el que nos sintamos confundidos cuando descubrimos que hoy nuestras vidas son ingobernables?

Al compartir las sinceras vivencias de los miembros de Al‑Anon que durante su niñez convivieron con el alcoholismo de otras personas, nos ayudan a fijarnos en nosotros mismos con más claridad. A pesar de las heridas con frecuencia bastante graves y el abuso que tuvieron que soportar, cada uno de ellos se mantuvo aferrado a la esperanza, elemento esencial para poder recuperarse.

Todos nosotros tenemos historias familiares en que se presentaron episodios vergonzosos e inclusive devastadores. Afortunadamente, la experiencia, fortaleza y esperanza de nuestra hermandad, expresadas en estas páginas, pueden ayudarnos a explorar la raíz de la situación y conducirnos a niveles de recuperación más elevados.

Capítulo 1 – ¿Pertenecemos a Al‑Anon?

“Siento que debo estar en este programa y quiero pertenecer a él, pero cuando me fijo en mi familia, la única persona de quien puedo decir con honestidad que probablemente sea alcohólica es mi madre, y no tuvo una gran influencia sobre mí porque me abandonó el día que nací”. El joven que habló con inocencia en una reunión Al‑Anon reveló su anhelo de ser parte de algo y su necesidad de encontrar a alguien ‑cualquiera‑ que pudiera realmente interesarse en él. Lo recibimos con sonrisas comprensivas, palabras de aliento y un murmullo de cálidas carcajadas. ¡Por cierto, él ya era parte de nosotros! Su aislamiento y confusión acerca del significado de su terrible pérdida al comienzo de su vida son algunas de las características comunes que compartimos todos los que nos hemos criado en familias afectadas por el alcoholismo.

Cualquiera que haya experimentado los efectos devastadores del alcoholismo ajeno es bienvenido a Al‑Anon. Aun si pensamos que hemos sido muy poco afectados, este es nuestro lugar. Aquí aprendemos que reírnos juntos, pese a la oscuridad y el dolor que sentimos, es uno de los mayores bálsamos cicatrizantes de Al‑Anon. Nos reímos juntos no sólo porque pensamos que somos graciosos –y a menudo lo somos– sino porque reconocemos muchos de nuestros aspectos en otros.

Podemos ver en otros nuestras propias actitudes, acciones y sentimientos. Podemos sentir su dolor y reconocer su negación de la realidad porque nosotros también hemos sufrido y nos hemos ocultado la verdad. No obstante, aprendimos que con el fin de cicatrizar y recuperar la alegría que nos pertenece, debemos ver el mundo tal como es. Aprender a hacerlo puede asustarnos, pero en Al‑Anon contamos con la comprensión y el amor de otros que recorren el mismo camino y juntos encontramos el valor para cambiar lo que podemos.