Los efectos de crecer en una familia alcohólica me golpearon duro. Sabía que necesitaba ayuda, pero me daba vergüenza admitirlo. Una amiga me pidió que fuera a una reunión de Al-Anon con ella, y estoy muy contenta de que lo hiciera.

Entré a la sala y escuché a la gente contar la misma historia que yo tenía. Por primera vez en mi vida no tuve que fingir que lo sabía todo. Pude sentarme a escuchar, y el alivio que sentí fue increíble. Nadie esperaba nada de mí. Lo que tenía que hacer era simplemente asistir.

Por Christina F. – Oregón
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2016